La población venezolana está caracterizada por un
conjunto aglutinado de razas, producto de un proceso de mestizaje que exhibe
rasgos muy propios. Su carácter y valor intrínseco debe ser entendido como
una variedad de costumbres, rostros y colores que han sido moldeados por
aspectos históricos, geográficos y dinámicos.
La dinámica de la población de Venezuela ha
dependido fundamentalmente de la confrontación de la natalidad y la mortalidad,
pues las migraciones externas han sido, en general, muy reducidas. La
comprensión veraz del crecimiento demográfico en la población venezolana debe
ser analizado a partir de estos dos factores. La combinación del descenso
gradual de la natalidad;
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producto de las modificaciones económicas y sociales
actuantes en el país a partir de 1958, y la reducción paulatina de la
mortalidad; comprendida como la elevación de la expectativa de vida, ha
traído como resultado la disminución, lenta pero irreversible, de la tasa de
crecimiento natural, lo que ha colocado a la población venezolana en el
camino que se dirige a una dinámica menos acelerada. Estas tasas de
crecimiento natural han evolucionado en los últimos treinta años y dejan ver
claramente que la población venezolana ha estado creciendo a un ritmo
acelerado, puesto que en 1960 podía duplicarse en menos de 20 años, lo que
aún se llega a conseguir en 1990 con sólo 25 años. Sin embargo, la población
venezolana ha estado creciendo con tasas más altas que las formadas
exclusivamente por el crecimiento natural, debido a la influencia de la
inmigración externa. En este caso, es la tasa de crecimiento real la que se
debe tener en cuenta para apreciar la dinámica demográfica, y ella se puede
obtener a partir de los diferentes censos de población, los cuales permiten
calcular para los períodos intercensales una tasa anual media de crecimiento
(pdv.com.ve)
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Comportamiento
de las Migraciones
Las
migraciones externas e internas, que no habrían sufrido variaciones importantes
en el lapso de la independencia del país; comenzaron a manifestar grandes
cambios como consecuencia del auge petrolero. La Venezuela esencialmente rural
de caseríos y pequeñas ciudades con cálidas relaciones familiares, vecinos y
conocidos, se transformó rápidamente en la Venezuela cosmopolita de grandes
aglomeraciones anónimas y aluvionarias.
Las
Migraciones Externas: Presentaron dos olas de características diferentes:
*La Primera
Ola se inició al terminar la guerra civil española (19361939), con españoles
adversarios del régimen franquista y creció considerablemente después de la
Segunda Guerra Mundial. Fue esencialmente europea-latina, con inmigrantes
españoles, italianos y portugueses. También llegaron al país unos pocos
eslavos, germanos y libaneses. Duró unos 12 años para terminar bruscamente con
el cambio político, que se presentó en 1958.
*La Segunda
Ola inmigratoria comenzó a principios de la década de los años setenta. Fue
esencialmente latinoamericana, primero con inmigrantes del llamado cono sur, y
luego con nativos de los países bolivarianos vecinos y de las islas del Caribe,
coincidiendo con la fuerte subida de los precios del petróleo. Duró hasta la
reciente devaluación monetaria (1987). El volumen de esta ola inmigratoria no
se puede precisar, las cifras más disímiles se han adelantado, variando entre
uno y dos millones de personas. El censo de 1981, a pesar de sus limitaciones,
pues es probable que muchos indocumentados eludieron a los empadronadores, da
la cifra de 1.074.629 habitantes nacidos en el exterior, de éstos 508.166 son
de origen colombiano, (el 47,3%) y 317.531 (el 29,5%) son de origen español,
portugués e italiano. Es de hacer notar que de los migrantes colombianos aprox.
200.000 son mujeres entre 15 y 44 años, es decir, en plena edad productiva. Las
Migraciones Internas. En 1936 comienza a manifestarse, con amplitud creciente,
el éxodo del campo hacia la ciudad. La migración de las zonas rurales hacia las
áreas urbanas, se dirigió en primer lugar hacia la Capital de la República y
hacia el Zulia; centro de la extracción del petróleo que generaba fuentes de
trabajo directas, y otras formas lucrativas. En los años sesenta se añadieron a
esos polos de atracción otros, de la Región Central y de los Estados Aragua y
Carabobo, principalmente sus capitales vieron su población crecer
considerablemente. El Edo. Bolívar comenzaba también a recibir trabajadores en
sus minas y ulteriormente en las industrias derivadas del hierro. En los años
setenta, el principal receptor fue el Edo. Miranda, en su Distrito Sucre
esencialmente. Fuera de esos centros de atracción solamente el Edo. Portuguesa
y Barinas, obtuvieron un saldo migratorio interno positivo, La concentración de la población se
efectuó principalmente en las grandes ciudades del norte del país y en menor
escala en las pequeñas ciudades, salvo excepciones en el Distrito Federal y en
el Edo. Miranda. El porcentaje de la población del país residente en ciudades
de 100.000 y más habitantes creció de 19% en 1950 a 45,9% en 1981. Casi la
mitad de la población de Venezuela se encuentra pues en las grandes ciudades,
con los problemas creados por el brusco crecimiento de esas aglomeraciones, que
mencionaremos más adelante. (Medina 2015)
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