PATRIMONIO CULTURAL TANGIBLE DE LA HUMANIDAD

 


El valor del Patrimonio cultural tangible 

La UNESCO define los bienes culturales tangibles como “inestimables e irremplazables”,
pues representan un testimonio y simbología histórico-cultural para los habitantes
de una cierta comunidad. Al ser elementos de valor excepcional desde el punto de
vista histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico,
arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual,
fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico,
requieren su conservación, rehabilitación y difusión, donde se cuente la historia, se
validen sus recuerdos y se afirme y enriquezca las identidades culturales, y el legado
común, confiriendo rasgos característicos a cada lugar. (UNESCO, 1972).

El patrimonio cultural material o tangible se divide en dos categorías, el mueble es
aquel que podría ser trasladado de un lugar a otro y comprende colecciones u objetos de
carácter arqueológico, etnográfico, artístico, utilitario, documental, científico, utilitario
y monumentos en espacio público entre otros. El patrimonio inmueble comprende
sectores urbanos, conjuntos de inmuebles en espacio público y construcciones de
arquitectura habitacional, institucional, comercial, industrial, militar, religiosa, para
el transporte y obras de ingeniería que dan cuenta de una fisonomía, características y
valores distintivos y representativos para una comunidad. (IDPC, 2004)

Estos bienes son el vínculo con la historia y la memoria y por lo tanto, para la UNESCO
es obligación de los estados identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a
las nuevas generaciones el patrimonio cultural situado en su territorio, a través de
adoptar una política cultural donde el patrimonio cumpla una función en la vida
colectiva y se integre en planes de protección, conservación y revalorización a partir de
la disposición de recursos económicos, técnicos y profesionales, además del impulso
al estudio y la investigación. 

Para esto se reconoce una cadena de valorización de los
bienes patrimoniales en la cual participan diversos agentes sociales, como el estado,
gestores y la misma comunidad, en procesos que inician desde la identificación y
significación de los bienes, su conservación y divulgación, para finalizar en la recepción
y apropiación de los mismos. (BARREIRO, 2012)

De esta manera, como premisa, el patrimonio cultural tangible genera diversas
externalidades positivas tales como valor de existencia, valor identitario, valor de
legado, valor de cohesión, valor político, valor de prestigio, valor de educación, lo cual
fundamenta la inversión en su gestión.

Como consecuencia, actualmente el patrimonio cultural tangible es herramienta para el
desarrollo. Un ejemplo es el fomento al crecimiento económico, la creación de riqueza
y empleo, no sólo de forma directa a través de actividades económicas relacionadas
con su identificación, protección, conservación, restauración, gestión y puesta en valor
(Fundación COTEC para la innovación tecnológica, 2010), sino también como estímulo
para el turismo, la educación, el comercio local, la educación y la investigación. De esta
manera es una herramienta para el desarrollo en los sectores público y privado que, de
acuerdo al Plan Nacional de Investigación en Conservación de Patrimonio, representa
un porcentaje alto de retorno de la inversión y un beneficio directo a la mejora de la
economía local (Instituto del Patrimonio Cultural de España, n.d.).


REFERENCIA: CHAPARRO,M. (2018) Patrimonio cultural tangible, Retos y estrategias de gestión. Ensayo individual. Master en Gestión Cultural Pp.2-3. Universitat de Barcelona

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